Reencuentro

Ya terminé mis exámenes, por fin, ahora a esperar las notas, pese a que ya voy sabiendo algunas, pero los nervios hasta que salgan las finales siguen, y vaya si siguen!

Parc de l'Espanya Industrial

La semana anterior fue bastante ajetreada, por suerte el pequeñín se portó bien y me dejó hacer las tareas sin tenerlo encima.

Fue la comunión de Abbie, conocí a casi toda la familia y he de reconocer que son mejor que una película idealizada americana, claro que cada uno tendrá sus cosas, pero yo no lo vi, hice muy buenas migas con la au pair de la hermana de mi hostmum, es italiana pero alguna palabrilla que no me acordaba la decía en español y la entendía. Ya hemos hablado de hacer algún viaje un día de estos.

El domingo me llevaron los abuelos de los nenes al aeropuerto, se quedaron a dormir en casa tras al comunión y les quedaba cerca de su casa.

El avión, que decir, peor que una lata de sardinas, pero es lo que tiene volar con ryanair. Eso sí, volé bastante tranquila esta vez, no hubo muchas turbulencias y el despegue y aterrizaje no fueron muy violentos.

Paseo hasta el maremagnum

Al llegar me vino a recoger mi novio y nos fuimos hacia casa de mi padre. A ambos les tuve cerca de 20 minutos mirando todas las fotos de este último mes. Después fue a mi casa con intención de dejar la maleta y bajar con Sergio de nuevo para despedirnos, no hubo manera, me tuve que quedar cerca de media hora o más con mi hermana, me tiró al suelo nada más verme, y estuve contándole un poco por encima como fueron las cosas a mi madre.
Tras conseguir bajar a tomarme una cerveza en una terraza (benditas terrazas) me despedí de él y volví a casa, donde terminé de poner al día a mi madre de todo lo que hice.

Lunes y martes exámenes, sin olvidar el lunes por la tarde que volví a ver a Judith! También quedando con el resto de la familia y dos amigos. La tarde del miércoles y el jueves completo creo que fue lo peor para mí. El primer mes que pasé en Irlanda tuvo sus momentos tristes, pero en general lo sobrellevé bastante bien y puedo jurar que no me había sentido tan nostálgica hasta ayer. Se me hizo muy raro saber que me iba sin tener la certeza del día que regresaría, sabiendo donde me iba y lo que se iba a quedar aquí. No sabría describirlo, pero tenia el pecho en el puño.

Hasta pronto

Cuando llegué a Dublín iba contando el dinero suelto que tenía para coger el autobús y me encontré a los mayores esperándome en la salida de pasajeros, que monos! Detrás estaba el padre y el bebé, me alegró muchísimo verlos, aparte de ahorrarme el dineral de los autobuses evitaron que le estuviese dando vueltas a la cabeza durante la hora o más que podría haber pasado en transporte público.

Sin más, a ver que me depara el fin de semana, y espero que la lluvia calme y pueda ni que sea salir a dar una vuelta!